What are you doing to make things better?

Hace algún tiempo el amigo Juan Yuste, a través de su facebook y de Cultura Inquieta, publicó esta foto de autor anónimo…

WhatAreYouDoingToMakeThingsBetter

Cierto es que ya me había planteado alguna pregunta similar en más de una ocasión, podría incluso decir que demasiadas; ¿o nunca es demasiado?
El caso es que, desde entonces, rara es la mañana que al levantarme no me pare a pensar durante unos instantes … ¿Qué hago yo para que las cosas vayan un poquito mejor? ¿Hago lo suficiente? ¿Realmente estoy haciendo algo?

La respuesta es …

***

Ignoro las veces que, supuestamente, el mundo debería haber llegado a su fin según diversas religiones, creencias, mitos o leyendas urbanas . La última, todos hemos oído hablar de ella, la de los mayas. En aquel solsticio de invierno de diciembre de 2012 todos deberíamos haber desaparecido de alguna u otra manera o, al menos, habernos transformado en yo que sé qué; pero lamentablemente, perdón, afortunadamente, no fue así.

Gracias a este nuevo error (¿de cálculo?) hoy continuamos estando aquí, al pie del cañón. Intentando salir adelante en unos momentos verdaderamente difíciles; aunque, para variar, para unos más que para otros.
Quizá, y precisamente por este motivo, esta frase tenga más sentido que nunca.

Pensemos por un momento en lo que tenemos o lo que hemos conseguido, independientemente de que nos haya costado mucho, poco o nada. Pensemos por un largo rato que no lo tenemos; o mejor dicho, que lo hemos dejado de tener de un día para otro.
¿Cómo serían nuestras vidas? ¿En qué nos afectaría? ¿De qué manera influiría en la gente que tenemos alrededor?
¿Cómo afrontaríamos los problemas? ¿Qué problemas? Porque lo que ayer no era un problema hoy podría serlo. ¿Has pensado en ello?

Os invito a un café. Acercaos al bar más cercano, a la máquina del vestíbulo de vuestra oficina o a la Nespresso del salón de vuestra casa. Preparaos ese café y pensad en ello, aunque sólo sea durante unos pocos minutos.

¿Ya te has tomado el café? No, ¿verdad?
Hazme caso, tómate ese café y ese pequeño tiempo para reflexionar, sino, probablemente, ni te pararás un instante a pensar sobre lo que estás leyendo.

Está bien, como quieras.

Quizá una forma de verlo sería hacer nuestros los problemas de los demás, aunque sólo sea por un momento. Probablemente de esta manera, «tan simple», sabríamos si realmente hacemos todo lo que podemos para mejorar las cosas.
La cosa es, precisamente, cómo saber si realmente estamos haciendo, si no todo, sí al menos algo de lo que está en nuestra mano para mejorarlas.

La otra cuestión, o mejor dicho, la cuestión, sería qué cosas.
¿Qué es lo que tenemos que mejorar? Porque a lo peor tu consideras que no hay nada que mejorar y que todo va fetén.

Cuestión de egoísmo. Mientras a mí me vaya bien, a los demás que les den…
No creo equivocarme si digo que cuanto mejor le van a uno las cosas más egoísta, o más ciego, depende de cómo se “mire”, se vuelve uno.

Y es ahí donde quería llegar con esa reflexión que proponía antes. Si no nos ponemos en la piel del otro, difícilmente podremos tener la capacidad de saber, primero, si estamos haciendo algo por mejorar la condición de ese otro, y segundo, de convertirnos en mejores seres humanos que, al fin y al cabo, es de lo que se trata. O no.

***

A decir verdad puede que ni yo mismo me crea lo que escribo y, por tanto, la respuesta es, con toda seguridad, NO.
Siempre podemos hacer un poquito más de lo que hacemos. Y ahora, en estos tiempos, esa necesidad por dar un poquito más y recibir un poquito menos es aún mayor.

Hacerlo, o no hacerlo, depende única y exclusivamente de nosotros.

Esta entrada fue publicada en Entradas miscelánea. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *