MSM&W

Si alguien te hubiera dicho que ayer tenías la posibilidad de pasar un buen rato lleno de emociones, de sensaciones, de inimaginable éxtasis, estoy seguro de que no te habrías podido resistir a acudir a semejante cita. La cita con el groove, la improvisación y el jazz como pocas veces puedes tener ocasión de disfrutarlo.

Si además hubieras sabido que los anfitriones de esta fiesta eran MSM&W no cabe duda que habrías hecho todo lo posible por asistir a su fiesta.

MSM&W
John Medeski, uno de los máximos exponentes del jazz americano más vanguardista, con su magnífico piano de cola y su inseparable órgano Hammond. John Scofield, el veterano guitarrista y, en su día, aventajado alumno de “la Berklee” de Boston , y que ha acompañado durante su carrera a innumerables leyendas del jazz. Billy Martin y Chris Wood, baterista y bajista respectivamente, que se encargan de llevar la base rítmica de manera excepcional.

Sólo un buen puñado de privilegiados “invitados” pudimos disfrutar de semejante fiestón. No logro entender como el “Conde Duque«, dentro de la programación del Festival de Jazz de Madrid 2014, no consiguió, aunque casi, colgar el cartel de “sold out” en la puerta.
Ah ya, porque no lo sabíais…

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Si los anfitriones eran excepcionales, si los invitados unos privilegiados, no puedo dejar de decir que el auditorio del Conde Duque fue el lugar perfecto para la celebración. Pequeño, acogedor, con buena visibilidad desde cualquier punto y con un sonido merecedor de ser galardonado con algún premio, si es que existe; y sino que se lo inventen. Desde aquí le doy la enhorabuena al responsable (aunque probablemente nunca lea esto) de la sonorización de la sala. También a los técnicos de la banda sí, por su puesto, pero hacía tiempo que no escuchaba y sentía un sonido tan limpio y de tanta calidad en un concierto de principio a fin.

La fórmula experimental estuvo presente durante toda la obra por momentos, sobre todo en manos de Scofield y Medeski. Sí, leeis bien, obra; no puedo llamarlo de otra manera. Pasajes a veces díficiles de encajar, seguramente, para los menos acostumbrados al jazz y al improvisionismo.
Como decirlo, en ocasiones era una especie de caos, de caos organizado pero de ninguna manera premeditado, de desorden ordenado o de orden desordenado; como si de un «tetris» se tratara. Esa sensación de que vas a perder la partida porque se van acumulando las piezas desordenadas unas sobre otras, pero de pronto aparece la pieza adecuada y de un plumazo desaparecen siete líneas de un tirón y todo vuelve a la efímera calma para, en un rato, volver a gozar de esa indescriptible sensación. Así, así eran esos momentos «caóticos».

Diría que desgranaron por completo, y sino poco le faltó, cada tema de su última grabación «Juice», disco absolutamente recomendable, con un par de covers que no puedo dejar de citar, Sunshine of your love (Cream) y Light my fire (The Doors), que son una maravilla y que, por supuesto, no pudieron faltar en el concierto; de hecho fueron los dos últimos temas, aparte del obligado, y también solicitado, bis.
Hora y media durante la que no pronunciaron una sola palabra. Una corta hora y media de verdadero placer que culminó con ese final casi orgásmico de las citadas versiones.
Y como no podía ser de otra manera, y como verdaderos sabios de las sensaciones y de las emociones, como si del cigarrillo de «después de» se tratara, se despidieron con The Times They Are a-Changin’ de Bob Dylan, para intentar ayudar a recobrar el ritmo reposado a nuestros acelerados corazones.

Hay quien piensa, e incluso se atreve a proclamar, que hay temas intocables, como los citados, que nunca deberían versionearse o que hacerlo es poco más que un sacrilegio.
Yo no estoy para nada de acuerdo y hasta he de reconocer que en más de un momento se me inundaron los ojos de emoción…

John Scofield

Y mientras aún hoy me restriego los ojos como para darme cuenta de que aquello fue real, no dejo de pensar en lo que serán los próximos conciertos a los que asistiré en el Conde Duque: Al Di Meola y Dee Dee Bridgewater.

Desde luego, difícil lo tienen para superar esta noche de emociones.

Fotos y texto: Javier Martínez

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Una respuesta en “MSM&W

  1. Jana dijo:

    El cartel de “sold out” fue el primero que colgó el festival. entonces no entiendo tu comentario. para mi fue casi un milagro conseguir las entradas le pagué a un amigo que se tuvo que ir de viaje y le hubiese pagado el doble, como todo lo bueno ocurre por casualidad un milagro diría yo y estoy con vos. no se si lo escuchado y sentido fue un sueño, yo me restriego los oidos.

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