El sueño eterno de Yuca

Que curiosa sensación entrar en tu propia casa y sentirte extraño, vacío…

-.-.-.-.-

Aún con esa insignificante anemia, esa ligera leucocitosis, ese hematocrito levemente por debajo de lo normal que indicaban la analítica de hoy… Y hasta con esa placa de tórax que sugería lo que probablemente era ya una pequeña metástasis en el pulmón; aún así, tu no has mostrado, ni demostrado, ni un solo síntoma. Ni un quejido, ni un lamento. Ni en tu estado de ánimo ni en tu físico, exceptuando la exagerada inflamación de tu pata a consecuencia del tumor.

Aún no me lo creo. Con lo alegre y feliz que te habías levantado esta mañana. Con esa sonrisa tuya tan característica enseñando media lengua.

Yo, que dudaba de si me harías una señal llegado el momento. Y tu, que no has tenido ninguna duda en mostrármela.

Han pasado poco más de tres horas desde que comenzó tu sueño eterno y, ahora, estoy completamente convencido de que, efectivamente, has querido hacérmelo ver. Que esa ha sido tu señal. Hasta para eso has sido inteligente y buena perropersona. Sabías perfectamente que era la forma de hacerlo. Tenías que hacer algo que no dejara lugar a dudas; abrirte la herida de tal manera que no hubiera más remedio…
¡Qué lista! ¡Y qué valiente!

¿Y ahora qué, Yuca?
¿Quién me sacará a pasear? ¿Quién me esperará por las noches? ¿Quién me pedirá mimitos? ¿Quién velará por mí? ¿Quién?

Recuerda lo que decía nuestro amigo: “quien sabe si en un futuro algunos de nuestros puntos volverán a conectarse de nuevo”.

Ahora estoy convencido de que así será.

-.-.-.-.-

Todo ha sido tan rápido que ni siquiera he podido darte un último capricho. Espero que puedas perdonármelo.
Al menos me queda el consuelo de haberte acompañado en el último momento…

… y de pensar que allí donde estés soñarás con ese currusquito de pan que tanto te gusta.

Hoy, ya no sólo faltas tu. Me faltan las palabras…

Hasta siempre querida Yuca. El vacío que dejas es inmenso. Esta casa nunca volverá a ser lo que era.

Esta entrada fue publicada en Entradas miscelánea. Guarda el enlace permanente.

5 respuestas a El sueño eterno de Yuca

  1. Antonio Jesús Jr. dijo:

    Joder, que palo no esperaba esto así derrepente…
    Puedo hacerme una idea de lo que estás sintiendo…
    Lamento que Yuca no haya podido conocer a su nuevo sobrinito…
    Ahora Yuca por lo menos estará descansando en paz…

    Un abrazo de parte de todos y de Rocky….

  2. miguel335 dijo:

    Nosotros también la echaremos de menos.
    Lo sentimos mucho.
    Un abrazo de todos: Gonzalo, Pablo, Javier, Inma y yo.

  3. Daniel dijo:

    Por dónde empezar… La verdad es que pocas personas no saben lo que es amar una mascota, conviviendo diariamente, alimentarlo, crecer, evolucionar, aprender con el, enseñarle y que te enseñe. Realmente ellos, los perros, los gatos… los animales, muchas veces son más humanos que muchos de nosotros y sin duda nunca llegaremos a tener tanto corazón como ellos.
    Espero que estos días seas fuerte, porque sea como sea, estoy seguro que Yuca está agradecidísima a la vida por haber tenido un amo como tú y haberle enseñado tanto…

    Y ya sabes como dicen: «Nadie desaparece siempre y cuando esté en nuestra memoria».

    Ánimos.

  4. Gracias Yuca, por todos estos años.
    Te has llevado mi alma contigo, pero yo me quedo con muchas más cosas, me quedo con una mente llena de recuerdos y momentos que hemos pasado juntas. Has sido y serás de las cosas más importantes que he conocido, gracias por enseñarme y darme tanto.
    Te echo de menos, no sabes cuánto, te oigo, te siento, te huelo… qué extraño todo.
    Te quiero mucho, allá dónde estés, mi corazón siempre estará contigo.

  5. Mari Paz dijo:

    Lo siento mucho. Muchísimo. Por ti y por Yuca. Espero que esté dónde esté sea feliz y descanse en paz.
    La conocí poco pero ha sido lo suficiente para sentir esa sensación extraña cuando sabes que alguien cercano ya no está.
    Ánimo.
    Un abrazo.
    Mari paz.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *