Bye bye

Ahora sí. En el aeropuerto de Philadelphia tomando mi última, y espero que sólo por un tiempo, Sam Adams. La cerveza de Boston que me gusta especialmente.
Aunque han sido tantas las que he probado que sería difícil si tuviera que decidirme por una: Sierra Nevada, Anchor, las Pale Ale de Colorado, la Brooklyn, la BB King especial de la noche del concierto de Lee Ritenaur, y tantas otras…

Y me vienen a la cabeza las camareras del Hooters, en especial Sarah, la camarera de Hollywood; Keith, el recepcionista del hostel Orange Drive de Hollywood, tío super amable; Tony, el «friki» de la tienda de Hollywood, que perdió bastante tiempo en intentar ayudarme a encontrar los garitos se Pulp Fiction; la neoyorkina del metro; la neoyorkina de Brooklyn; los camareros de Junior’s; Bob, el californiano; la lluvia de San Francisco; sus crabs; la francesa de Harlem; los conciertazos; y tantas y tantas otras cosas.

Pero también recuerdo cosas que no he hecho y que me hubiera gustado hacer. Ver a los Nicks en el Madison Square Garden, que tuve la oportunidad el martes pero los precios eran astronómicos; un combate de boxeo en el mismo recinto, aqui llegué tarde puesto que el sábado peleó Sergio «Maravilla» Martinez; esa ruta en Harley de SF a LA; y tantas y tantas otras cosas.

Espero que la vida me permita volver a tener la oportunidad de regresar a este fantástico país y terminar lo que un día de marzo de 2012 comencé.

Bye bye my friends.

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Made in USA, quiero ser

Aún con el buen sabor de boca de la noche anterior salgo a las calles de NY a saborear mi último día.
En un primer momento la idea era ir a Central Park, pero justo cuando iba a coger el metro cambié de opinión. Recordé a la simpática señorita que me encontré en Brooklyn el otro día. Recordé que me recomendó ir a Coney Island a dar un paseo y también a probar los famosos hot dogs del Nathan´s

El día amaneció soleado, así que sería perfecto para ir a playa.

Y lo hice.

No, no es un defecto de la cámara

Esta golosa me recordo el crab que me zampé en el Fisherman´s Wharf de SF.

Y probé el famoso perrito

Estaba realmente rico. Los hay clásicos, o sea pelado, con queso, con queso y beicon,…

Reuerdo, hace años, oir hablar a mi hermano mayor de la peli «The warriors». Pues …
Va por tí hermano.

Mira que la he visto, pero no recordaba yo que «Los warriors» fueran de Coney Island.

[yframe url=’http://www.youtube.com/watch?v=MV4cgs-bPic’]
Recordé entonces que la amable señorita de Brooklyn también me comentó lo bonito que era su barrio y el «Prospect Park». Así que, ya que me quedaba de paso en la línea de metro, allí pare para dar un paseito… Será que doy pocos.

El famoso Warren…

Jajajaja.
[yframe url=’http://www.youtube.com/watch?v=ELZ8dBuJsHQ’]

Qué, os gusta Brooklyn o no.

Y recuerdo que alguien me habló de visitar un Guitar Center en la Flatbush Av.

Y lo hice.

Y no podía irme sin visitar el Central Park. Parece ser que es un pecado mortal no hacerlo si visitas NY.

Pues lo hice.

Strawberry Fields. Un homenaje a Lenon dentro de Central Park

Y leí, no sé donde, que había un teleférico desde donde se podía disfrutar de algunas buenas vistas de Manhattan.Tampoco es para tanto, pero …

… también lo hice.

Y se me había olvidado visitar la Grand Central.
Así que también lo hice, aunque me costó algún que otro intercambio de palabras con policías y «seguratas» por no dejarme usar el trípode.

Y me quedaba por fotografiar el Christler Building y el Empire State.
Y por supuesto que lo hice

Y con esto cerraba mi visita a NY, y por tanto, a los USA.
Posiblemente esta sea la última entrada que escriba desde aquí. Pero …

… tenía un regustillo, una cosilla ahí dentro que no me dejaba marchar a gusto.
Me había dejado sin visitar el Bronx. Me habría gustado hacerlo, aunque hubiera sido de día. Pero sobre todo no me podía ir sin dejarme caer por Harlem e intentar buscar un garito donde escuchar un poquito de su música en directo.
Pregunté un par de veces, unos decían que no había problema, otros que no fuera de noche, otro que qué se me había perdido allí, … Así que cuando ya estaba a punto de coger el metro para regresar a «la colmena», me doy media vuelta y cojo la línea que va a Harlem.

En Harlem todo es diferente. Muchos negros y pocos blancos. Mucho pelo a lo afro. La verdad es que es totalmente diferente al resto de barrios por donde me he movido estos días, al menos en la noche.
Pregunto a un «11811» y me manda directamente al Lenox Lounge, que está a unos cuantos bloques de donde estoy.

Impresionante el ambiente. Impresionante la música. Dos negros, ella y él, con sus dos grandes voces negras, una guitarra y un batería bastaban para caldear el ambiente y llevarlo a su punto de ebullición.

Y es que NY no sólo es Manhattan…

Otra noche en NY que me deja un inmejorable sabor de boca. Me voy con la sensación de haber hecho lo que tenía que hacer y ganas de volver, aunque aún esté aquí.

Made in Usa quiero ser, sin duda.

See you!

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Pim, pam ¡Toma lacasitos!

Que sí, que sí. Que estoy de subidón, subidón…

Hoy empiezo por el final ¿Por qué? Porque me da la gana. 😉

He terminado la noche haciendo unas fotos en Times Square. Creo que no había puesto ninguna de noche.

Pero antes me tomé, a la salud de María, un cheesecake en el Junior´s

Rico, rico de verdad. Gracias por la sugerencia, María.

Y allí, en el Junior´s, conocí a Bob, una caballero californiano que, aunque ahora no venga a cuento, me da la impresión que está forrado de pasta. Pedazo de monumento 25 años, al menos, más joven que él llevaba al lado. Venga, venga, no pensaréis que hay algo de eso que es mentira y te deja con las manos vacías…
Un poco de charla; de dónde eres, dónde vas, como es que viajas solo … Teníais que haber visto la cara de alguien que le debe parecer inconcebible viajar sólo. Majísimo el señor, por otra parte.
Allí también he conocido a un par de camareros ¡Qué agradables! Y eso que uno es de Queens (¿otro barrio chungo?) de toda la vida. Me invita a que cuando vuelva a NY visite su barrio, para que compruebe lo encantador que es. El barrio, no él. 😉
Decía, y confirma lo que yo pensaba, que NY es una ciudad cantidad de segura. Ya no estamos en los 90, me comentaba.
Lo cierto es que yo no he tenido ningún problema en ningún sitio. Y cierto es también que no he visto ciudad con mayor cantidad de taxis y de policías por metro cuadrado.
Lo de la policía ya lo aprecié en San Francisco, pero aquí das dos pasos y tienes a un poli delante; bien andando por la calle, o bien patrullando con un vehículo. Hasta dentro del metro los hay habitualmente.

Pero poco antes… ¡Ay amigos!, poco antes llegaba el momento de la primera sorpresa de las que hablaba el otro día.
Fue el lunes cuando en teoría iba a dar una vuelta a Central Park, que por cierto aún no he visto, y me bajé del «tubo» en Times Square. A los pocos pasos vi esto…

Así que pasé a preguntar. No, no tocaba BB King, y me dijeron que hacía al menos 2 años que no pasaba por allí. Ni siquiera sé si él tiene algo que ver o no con el club, pero … Cogí un panfleto y no me lo podía creer. El miércoles 21 tocaba…

No os podéis imaginar, primero Lee Ritenaur (compré la entrada en ese mismo momento), y después lo del Blue Note.

Bueno, cómo podría definir el conciertazo de anoche en una palabra. En dos palabras es sencillo, «im-presionante», pero en una… Ya lo tengo, ¡sublime!
Claro, esto sólo lo pueden entender aquellos quienes amen la música.

Una pequeña muestra

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Cuando empecé a grabar el batería, Sonny Emory, ya llevaba más de 5 minutos dándole y haciendo virguerias.

[yframe url=’http://www.youtube.com/watch?v=Gl0zbs-ybV8&feature=youtu.be’]

Hay más videos, pero youtube me los ha borrado porque son demasiado laaaaaaaargos. 🙁

El bajista, Melvin Lee Davis, indescriptible. Comentaba Lee Ritenaur que empezó con un bajo de 5 cuerdas, luego 6, ahora 7 … Qué hasta donde pensaba llegar. Realmente increíble la calidad de este tío.

El concierto lo han terminado con una versión del «Get up, stand up» de Bob Marley, que ha puesto a todo el mundo en pie y que tras varios minutos de ovación han vuelto a salir para hacer un único bis.

A mi lado tenía sentado a un pollo de Israel, y del «Madrí», como casi todo el mundo aquí cuando le digo que soy español. Estaba flipado, como yo. Y como toda la sala.

Ha sido acojonante. Y es que no hay otra palabra para definirlo mejor. Y encima me llevo algo, aparte de la satisfacción de haberlo visto aquí, en NY.
Sí, a ti también, hermanito, te llevo algo. 😉

Por cierto, ha comentado que desde hace tres años hace un concurso llamado «Six String Theory» de guitarra, bajo, teclados y batería, con premios de hasta 600.000 $. Así que a quien le pueda interesar sólo tiene que buscar en google.

Pero antes de los lacasitos, estuve dando una vuelta por Wall Street.

Y poco antes visité la isla Ellis.

Mientras lo visitaba, imaginaba la cantidad de sueños que habrían pasado por allí; unos cumplidos y otros rotos.

Pero antes estuve en Liberty Island.

Y allí estaba la Liberty bike

Pero allí también estaba ella

Y esperé a que la iluminara un rayo de sol

Y desde Liberty Island Manhattan quería esconderse tras la niebla.

Pero antes, mi amiga y yo, esperábamos impacientes a coger el ferry

Y sólo un poco antes me di una vuelta por el China Town. Poca cosa me parece, la verdad.

Ahora ya sólo (aún) me queda un día. Otra parte del mundo que me vuelve a enamorar. ¿Por qué me pasa que allá donde voy me quiero quedar? ¿Por qué la gente me parece tan diferente de como nos la muestran en los medios? ¿Por qué a veces pienso que el mundo podría ser maravilloso?

Permitidme que disfrute un día más de mi particular sueño americano.

See you!

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Coryell & Clarke

Sí, podían ser los protagonistas de una serie de dibujos animados, como lo eran Tom & Jerry, pero no lo son…

Hoy el día no comenzó muy bien que digamos. En uno de los Starbucks de Brodway, donde suelo desayunar desde que estoy en NY me tiré el café encima. Madre la que he liado. La peor parte se la ha llevado la mochila de la cámara. La Lowepro parece que ha cumplido con nota uno de sus cometidos; ha aguantado el café hirviendo como si nada.
El resto de la clientela del Starbucks, la mayoría con sus MacBooks de pro, han apartado durante un momento la mirada para ver como chorreaba mi café, pero en seguida han vuelto a sus quehaceres: facebook, twitter y demás.

Había pensado en bajar a South Ferry. Allí se coge un barco que va a St. George desde donde, al parecer, se pueden tener buenas vistas del skyline neoyorkino. Pero, he vuelto a equivocarme en el metro. Bueno, esta vez se ha equivocado la señorita a la que he preguntado, ya que había entrado en el tren casi sin mirar por no perderlo. Cuando miro para atrás por la ventana y vuelvo a ver que estamos cruzando por el puente de Manhattan… Miro a la chica, me mira. Nos miramos mutuamente con cara de … Me ha pedido disculpas 20 veces lo menos. Al final me ha acompañado a dar la vuelta, puesto que ella se había equivocado también. ¡Vaya guasa!
El caso es que me he visto de nuevo en Brooklyn, así que he decidido cruzar el puente aprovechando la ocasión. Ya iría a lo del ferry.

Brooklyn

Manhattan Bridge

Brooklyn Bridge

Tras cruzar el puente me dirijo a visitar el WTC y el 9/11 memorial.
Para visitar el memorial hay que adquirir un ticket a cambio de un donativo.

Los dos edificios que reemplazan a las torres gemelas

El monumento consiste en una especie de fuentes que ocupan exactamente el espacio que ocupaban ambas torres.

El edificio que está detrás de mí es un museo, aún en construcción, donde entre otras cosas hay restos de ambos edificios.

Creo que sobra cualquier tipo de comentario al respecto…

Tras la visita al memorial y al WTC me dirijo al Pier 17. Como veréis cambio de planes según va pasando el día, gracias a la equivocación en el metro.

Continuo caminando por el puerto hasta que veo una cola inmensa para coger un ferry. Pregunto si es el que va a St. George, es decir, Staten Island.
La tía pedorra de la ventanilla no me entiende ni papa. Es curioso, pero resulta que a quienes más me cuesta entender a mí, más les cuesta a ellos entenderme también a mí. Vale que mi inglés es bastante malo, malísimo diría yo, pero coño también estoy seguro que en ocasiones mi pronunciación es mejor que la de ellos. He probado a meterme 3 chicles en la boca, a retorcerme la lengua o incluso mordérmela y no hay manera. ¿Pero como no me puede entender ni siquiera Saint George? Válgame dios, o como dirían ellos … Oh, my God!
No me queda más remedio que preguntar de nuevo y, esta vez sí, nos entendemos sin problemas.
Las colas eran para ir a New Jersey. Para ir a Staten Island, que además es gratis, hay que coger este ferry…

Hay que decir que el ferry no es para que la gente vaya a tomar fotos de la Estatua de la Libertad o del skyline, sino que es el ferry que utiliza la gente que vive en la isla para ir a trabajar a Manhattan, tal y como me comentaba un poli en el barco.
La cosa para los turistas es bastante tonta. Uno coge el ferry, toma unas fotos en los 25 minutos que dura el trayecto, llega a la isla, se baja del barco y se sube rápidamente para volver a Manhattan en el mismo ferry.
Una hora invertida para tener fotos como estas…

Vosotros diréis si merece la pena. Yo creo que sí, aunque necesito imperiosamente un teleobjetivo.

Tras un paseo por la zona, tras regresar de Staten Island, salgo pitando. Tenía que estar antes de las 21.30 h. en la 6th con la 8th, luego veréis porqué.

Además tenía que intentar comerme uno de los sandwich más famosos de la ciudad en Katz´s Delicatessen, que casualmente estaba más o menos cerca de la colmena donde duermo.

¿Era esto lo que tenía que comer?

Eso se llama Pastrami sandwich y no puedo decir que me haya entusiasmado, la verdad. Pero bueno, parece que este también es famoso, casa fundada a finales del siglo XIX, así que había que probar.
Al final me ha resultado cansino y caro. Casi 25 pavos con la cerveza. Creo que lo de Delicatessen se lo podían ahorrar en el cartel. 😉

Imagino que querréis saber porqué tenía que estar antes de las 21.30 h. en tan señalado lugar. Esta es la tercera sorpresa de la que os hablaba ayer. Recordaréis que buscaba el Papayas; sí, el de los perritos asquerosos. Pues en esas estaba cuando mira por donde me encontré con esto…

No me lo podía creer, sin quererlo me había topado con el mítico Blue Note. Entré, aunque estaban cerrando. Vi un cartel del que no daba crédito… Larry Coryell y Stanley Clarke. Ambos en formato trío iban a dar unos conciertos en doble sesión (20.00 h. y 22.30 h.) desde el martes hasta el domingo. Estaba que no cabía en mí. Así que hoy era el día y para allá que he ido.

Larry Coryell Trío:
Larry Coryell, guitar
John Colianni, piano
Daryl Johns, bass

Stanley Clarke Trio:
Stanley Clarke, bass
Lenny White, drums
Beka Gochiashvili, piano

Conciertazo, corto pero intenso.
En los dos primeros temas no me parecía nada a Coryell, pero cuando se ha quedado él solo, madre mía, qué espectáculo.
Por supuesto, no ha faltado la versión del Bolero de Ravel.
Ojito al bajista que lleva, jovencísimo, pero un máquina.

Mr. Coryell.

Respecto a Stanley Clarke, que voy a decir…
También lleva un pianista quinceañero que es la caña.

De Larry Coryell no hay video, pero aquí tenéis un poquito de Stanley Clarke, para que algunos se tiren de los pelos.

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See you!

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Errores, sorpresas y sol

El sábado pasado por la mañana decidí dejar Hollywood. Lo cierto es que estaba ya cansado de la lluvia que, aparentemente iba a dejar allá en San Francisco. Pero no fue así.
El mismo sábado me puse a buscar vuelos a New York, no sé si caros, pero sí que pagué más de lo que me esperaba; unos 400 $.

Ahora que lo pienso quizá tuvo algo que ver el karaoke del primer día en Hollywood con las lluvias que vinieron después … Quien sabe.
La verdad es que después de gestionar mi vuelo a NY no sabía que hacer, pero no me iba a quedar en el hotel. Tenía tiempo hasta las 20.00 h., hora a la que me recogería el shuttle que por 15 $ me llevaría al aeropuerto de LA.

Traté de hacerle una ofrenda al hombre del tiempo…

… mientras recordaba a José Antonio Maldonado, Mario Picazo, Mariano Medina, …

Pero también me venían otros pensamientos no tan cariñosos…

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No sé si sería la ofrenda o los malos pensamientos de mi otro yo pero, por fin, en NY me reencontré con el astro rey.

Llegué a las 10.00 h. del domingo al aeropuerto de NY, después de un largo viaje con escala en Charlotte.
Me llevó bastante tiempo encontrar un sitio donde dormir.

La propuesta de un recién conocido en NY fue un hotel en Queens, pero me pareció caro, unos 115 €, y lo descarté. Mi prioridad no era comodidad, sino estar lo más cerca posible de Manhattan o en el mismo Manhattan y a un precio lo más bajo posible.

Tras unas cuantas vueltas dí con lo que, no sé como llamarlo… Se llama «The Bowery House». Realmente es un hostel, pero no como los que había conocido hasta ahora. A las habitaciones privadas las llaman cabinas. Y lo son; unos pocos metros cuadrados, muy pocos, lo mínimo para tener acceso a la pequeña cama. Son como pequeñas celdas, donde además no hay techo, sino una especie de celosía, con lo cual se oye todo, pero todo lo que hace el vecino, no sólo el que tienes a cada lado de tu cabina, sino incluso los ruidos del de dos pasillos más allá.
No encontré nada mejor, y para lo que es, a mi me sirve perfectamente. Estoy a un paso de Union Square, casi pengando a Broadway y entre la Little Italy y el Chinatown. Y además es un sitio cantidad de chulo. En sus días debió ser algo así como una fábrica o un gimnasio, no lo tengo muy claro, con techos (los de verdad) altos.
Para que os hagáis una idea de la habitación…

Lo cierto es que es mi segunda noche y la cosa no es tan mala como en principio podría parecer. Unos 87 $ la noche, tasas incluídas.
Ahora hasta me está gustando. Es un sitio cantidad de chulo, moderno y limpio.

Tras instalarme una pequeña vuelta por Broadway y a dormir.

Con un sol radiante el lunes lo primero que hago es desayunar algo, subir andando a Union Square y comprar una tarjeta para el metro y bus de 7 días por 29 $.

Unos cuantos indignados

La primera idea era ir directamente a Central Park, pero como el metro pasaba por Times Square hago una pequeña parada.

Parada que finalmente se alarga, de manera que aún no he aparecido por Central Park.

Ya que estoy por allí decido dar un paseo por estas calles y ya de paso acercarme al Rockefeller Center con la intencion de subir al «Top of the rock».
En Times Square me encuentro con la primera sorpresa, pero como es una sorpresa, hasta ahí puedo «leer»…

En Rockefeller me entero que hay un ticket válido para subir y para visitar el MOMA. Por poco más (unos 13 $) de lo que me cuesta subir a disfrutar de las impresionantes vistas de NY, puedo visitar el MOMA. Y así lo hago.

El MOMA. Si os dicen que un par de horas son suficientes para visitarlo, no os lo creais. Yo estuve más de tres y me faltó tiempo. También es cierto que estuve casí otras tres en «The top of the rock». Así que imagino que dependerá de cada uno.
Muy interesante, desde mi punto de vista, sobre todo en lo que a pintura se refiere. Obras de Monet, Kandinsky, Picasso, Miró, Dalí, … Y de otros que yo no conocía y que me maravillaron.
El apartado de fotografía me parecío pobre, pero sólo es una opinión.
Respecto a arquitectura y diseño lo esperado en un Museo de este tipo.
En general, te puedes encontrar obras tan interesantes como incomprensibles.
Esto merecería una entrada aparte.
Respecto a obras para mí incomprensibles y que no me dicen nada…

Cerquita del MOMA, la catedral de St. Patrick

A las 17.30, hora en que cierra el MOMA, corriendo al Rockefeller Center. Ya habréis visto las vistas tan espectaculares que te ofrece «The top of the rock», tal y como podéis ver en la entrada «No comment«.

Por 38 $ pues, visita al MOMA y «Top of the rock», que os puedo decir que lo amorticé bien.

De allí salí sobre las 20.30 h. Había leído en algún sitio que el Hot Dogs Gray´s Papaya es famoso. No sé muy bien porqué, pero intento localizarlo. Ah, creo que también sale en alguna película, no recuerdo cual. Al parecer está en el cruce de la 6th av. con la 8th.
Cojo el metro en Rockefeller. Son pocas paradas. En unos minutos, quizá 5 ó 10, veo por la ventanilla, 7th, y me bajo corriendo.
Salgo del metro y pregunto por la 6th con la 8th., me dicen que está un poco lejos, 10-15 minutos andando, pero que es bonito y no peligroso. Ostras, me quedo un poco extrañado, pero no le doy importancia. Comienzo a andar.
Tras una buena caminata por unos barrios superchulos, de película, vuelvo a preguntar. Lástima que me haya quedado sin batería en la cámara.

Me encuentro con una señorita y pregunto. Conoce el sitio, pero me dice que está en Manhattan.
Digo claro, y estoy en Manhattan, no?
Pues no, estás en Brooklyn.
¿Qué? ¿Cómo es posible?
Le explico donde he cogido el metro y bla bla bla. Aún me pregunto como me he podido despistar. ¿Me habré dormido en el metro? Aún no lo sé.

El caso es que sin querer me encontraba en uno de los supuestos barrios marginales de NY. Y lo es, pero dependiendo la zona es más o menos conflictivo.
Ya que estaba allí quería haberme acercado al puente, pero ya era tarde, cerca de las 22.00 h. Ella me dijo que mejor de día, pero que si era listo tampoco debería tener problemas.
Me acompañó hasta el metro, me dijo donde podía comer algo, que el barrio era supertranquilo y bonito (y así me lo pareció) y que si quería comer buenos hot dogs que fuera a Coney Island al Nathans, que además es una zona chula.

Allí me quedé un buen rato, comí una pizza, me cargaron la cámara y volví hacia atrás antes de coger el metro para tomar unas fotos. No podía dejar pasar la oportunidad. Me gustaría volver de día, pero no sé el tiempo que tendré ni que haré. Además había visto una iglesia que llevaba mi nombre. Y ya que mis progenitores habían tenido a bien ponerme tan exclusivo nombre, no podía dejar de hacer una fotito a la dichosa iglesia que estaba a tomar por …

Así que primer error, segunda sorpresa.

Pero no pensaréis que me fui a dormir sin más. No podía irme sin visitar el dichoso Papaya. Ella me decía que los hot dogs no eran muy buenos, que sólo eran famosos por lo barato. En cualquier caso, tenía que ir. Tampoco me quedaba muy retirado de «la colmena», como llamo yo a «The Bowery House».
Deshago el camino, ya es la segunda vez que pasaba por allí, y cojo el metro para bajarme en W 4 St.
Y lo encontré, pero de camino allí me encontré con la tercera sorpresa. Guau! Debe ser mi día de la mala y de la buena suerte. Pero como también es una sorpresa, esta tampoco la cuento. Tendréis que esperar.

Y allí estaba el dichoso Papaya…

… y sus perritos.

Perrito que estaba realmente asqueroso. Le ponen una especie de cebolla avinagrada que no me gustó nada. Arggggggg! Parece que es al estilo neoyorquino.
Dejé la mitad, con eso lo digo todo.

Gran día el de ayer. A veces los errores se pagan. Y otras veces te llevan a descubrir cosas que no esperas. Un sólo error me llevó a encontrarme con dos gratas sorpresas y una parada casual en Time Square me llevó a…

See you!

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No comment

See you!

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Leaving Hollywood

Sábado 17 de marzo de 2012. Stop.
Se confirma la previsión meteorológica para LA. Stop.
Temperatura por debajo de los 14ºC. Stop.
Está cayendo la del pulpo Paul en LA. Stop
Se me están empezando a hinchar los bollocks. Stop
Me piro de aquí antes de que me revienten. Stop.

Día regular el de ayer (ya anteayer). No obstante, a cada día siempre le saco algo jugoso. Y del día de ayer (ya anteayer) me quedo con ésto.


No. No es una tienda ni una fiesta de disfraces.
Luego os contaré la historia.

Pero, de nuevo, empecemos casi por el principio…
Dudas, muchas dudas en el comienzo de la mañana. Día gris oscuro, pero aún así casi me animo a alquilar la moto para al menos quitarme la cosa de rodar por los «States». Vaya, resulta que en la delegación de Eaglerider en Santa Mónica no tienen Harleys. Si quiero alquilar una he de hacerlo en el aeropuerto, que me pilla bastante retirado.
Quizá hoy no llueva, me digo. Y no lo hizo. «Cawen».
Pienso en alquilar un coche y darme un garbeo hacia el Norte por la Highway 1.

Nada, no hay disponibilidad. El cabreo empieza a ser mayúsculo.
Solo me queda la opción de coger un bus, que para recorrer 8 millas tarda como hora y media, hasta llegar a Santa Mónica.

Una vuelta, cervecita y de nuevo a Hollywood Blvd.

Y allí estaba él…

– La historia de Tony –
Tony es, del trío que veis en la primera foto, el de la derecha.
Tony es un tío superagradable.
Tony perdió más de media hora conmigo por una pregunta y una curiosidad un tanto absurda.
En el trayecto en bus a Santa Mónica me dio por bajarme en Melrose. Alguien me dijo que por allí debía estar uno de los dos restaurantes donde se rodó alguna escena de Pulp Fiction.
Resulta que Tony dejó todo para resolver mi curiosidad.
Uno era Jack Rabbit Slims. Según Tony era un fake. Es decir, que se montó para la ocasión, aunque curiosamente hay una web de un local con el mismo nombre y referencias a la peli. Este era donde John Travolta y Uma Thurman se marcaban un baile que a mí me mola cantidad.
El otro era un restaurante típico americano donde se producía el atraco, el Tann´s. Este sí existe y Tony me indicó paso a paso como llegar hasta allí. Está en La Cienega Blvd con La Tijera. Estaba como a 6 kms. de allí y no pasaba ningún bus. Así que mi curiosidad se quedaría para mejor ocasión. La verdad es que me habría hecho gracia tomarme una hamburguesa allí.

Y lo que son las cosas, al día siguiente pasé por delante de él de camino al aeropuerto.

Tony, el guy superagradable me dejó su email para enviarle la foto, pero lo he perdido; cosa que me fastidia bastante.
Con toda esa pintaca rara que tenía el menda y lo enrollao que era. Y lo bien que olía el jodío.

De buena gana me habría quedado a tomarme un café con ellos, pero no era el momento.

– FIN –

Vaya mierda de historia diréis. Pues sí, nada especial. Simplemente, una vez más, para aquellos que tienen tantos prejucios con las apariencias, no estaría de más que se miraran el ombligo de vez en cuando.

Dicen que en Santa Mónica termina el camino.

Y yo digo que donde acaba un camino, comienza otro…
Que bonito es el amor.

En mi caso es el comienzo del camino a un nuevo destino, harto ya de tanta lluvia y mal tiempo.

El sol de la gran manzana me espera. Espero.

Por cierto. El sábado, aún con la que estaba cayendo, disfruté del día como no me lo esperaba.

See you!

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Here comes the sun

[yframe url=’http://youtu.be/nnF-AvRv5Yo’][yframe url=’http://www.youtube.com/watch?v=PWqgy2RiKXs’]

Eso es lo que yo esperaba. Que allí, ahora aquí, encontraría el sol. Y por un momento parecía que así sería. Atrás dejábamos las nubes «feas».

Hollywood me ha proporcionado lo que ha sido el mejor rato, perdón, el rato más divertido, de todos los días que llevo en USA; y no precisamente por el sol.
Pero empecemos por el principio…

La última noche en San Francisco me acosté tarde. Estaba bastante decepcionado por la mala pasada que me ha jugado el tiempo. Madrugué al día siguiente para tener todo preparado por si me iba. A las 9 de la mañana aún no sabía que hacer, aunque tenía prácticamente decidido bajar a LA. ¿Cómo? Después de descartar la posibilidad de rodar por la Highway 1 en una Harley, recordé que alguien me había comentado que la compañía California Shuttle Bus hacía el trayecto SF-LA y LA-SF prácticamente a diario.
Pasadas las 9.00 h. me pongo en contacto con ellos y sí, a las 11.45 h. he de estar en el Hilton, al lado de mi hotel. Conversación curiosa la que tuve con el caballero que me decía que por teléfono no hacían reservas, pero que no había problema que me presentara allí sin más y listo. Mi desconfianza hizo que me llegara a decir que si no confiaba en él que reservara por la web; casi ofendido me preguntaba que más podía hacer por mí. De qué forma tan diferente funcionan las cosas aquí. A mi modo de ver, no sé si mejor, pero sí más fácil. Si tienes reserva enseñas el justificante y si no la tienes pagas en cash y andando. Pero no cuando subes, sino en la estación de autobuses donde opera la compañía, donde otro caballero, más amable que el conductor si cabe, explica que haremos una parada a mitad de camino, que hemos de subirnos en el mismo autobús (habrá dos) y que no nos extrañemos si no reconocemos al conductor, ya que será otro quien haga la parte final del trayecto.

Es curioso como tienen montado esto de los autoubuses entre SF y LA y entre LA y SF. Llegan a tal nivel de sincronismo que justo a mitad de camino, y en un margen de media hora que dan para comer algo, coinciden los dos autobuses y se intercambian los conductores. Con lo cual el que había salido de San Francisco regresa a SF y el que había salido de Los Angeles regresa a LA.

Y me comí el primer whoper en USA.

Aquí es algo diferente. Lo primero es que no se llama «guoperrr», se llama «guopaa». Pides la hamburguesa y la bebida como en cualquier otro sitio, pero la Coke te la sirves tu. Y se fían. Pides tamaño pequeño, mediano o grade y lo llenas tu; y nadie se atreve a rellenar su vaso. Tampoco hay bandejas, al menos en este Burguer King, sino que te lo dan en una bolsa.
La verdad, yo no suelo ir mucho a estos sitios, así que no sé si estoy diciendo una tontería.
Respecto a la hamburguesa, nada que señalar. Más de lo mismo.

Esto me hace recordar, por ejemplo, que en los buses o cable car de SF no solicitas un billete, echas los 2$ en una caja y el conductor te da el billete. No hay posibilidad de cambio alguno. Imagino que es cómodo, rápido y seguro, ya que no llevan dinero encima.

Pero volvamos al shuttle. Por el mismo precio que me costó la visita a Sausalito y Muir Woods, ayer nme planté en Los Ángeles en poco menos de 8 horas. Aún se me me retuercen las entrañas al pensar que no he podido bajar a LA como yo hubiera querido, aunque me quedaba la esperanza de, al menos, encontrarme con un día agradable y alquilar la Harley por un día, ir a Santa Mónica, recorrer parte de la 1, pasar por Malibú, bla bla bla…

Lo cierto es que en San Francisco seguía lloviendo y hasta la mitad del camino siguió haciéndolo. Durante el resto del trayecto aparecía el sol entre algunas nubes de algodón, lo que hacía presagiar buen tiempo.

Y llegué a Hollywood. Había reservado una habitación en un hostel al lado del Kodak Theater, el Orange Drive. No es que quisiera estar allí al lado, es que fue el que encontré libre y más barato, 68 $ la noche.


Al parecer es una casa de los años 20 por donde han pasado algunos actores famosos: Marilyn Monroe, Gary Cooper, Johnny Weismuller, … La verdad es que me importa bastante poco quien haya pasado por aquí, pero no me importaría «encontrarme» con Marilyn en un momento dado.

El bus me debío dejar a unos 800-900 m. del hotel. Sólo girar una calle y ya estaba en Hollywood Blvd.

En Hollywood, como ya debéis imaginar, no he encontrado el sol, pero sí algunas estrellas…

Esta dedicada especialmente a SunShine

Tras hacer el check in en el hostel salí a dar una vuelta. Mucho ambiente.
Al venir hacia el hotel escuche música en directo al pasar por un garito llamado «Maui and sons», así que para allá que fui.
Impresionante el grupo cañero que estaba tocando. La cantante tenía un chorro de voz digno de «Operación Triunfo». Juasss!
En serio, lástima que los pillé en los últimos dos temas. Aunque el video no hace justicia, os servirá para que os hagáis una idea…

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De allí me fui al «Pig´n´Whistle», al parecer también un garito de leyenda en Hollywood y uno de los más antiguos.
Aquí me engañaron…
Según pasaba por la puerta oigo cantar en directo, digo vaya, hoy es mi noche de «live music». Cuando entro sólo veo a un menda con un micrófono y me pregunto, ¿dónde está el grupo? ¡Era un karaoke! ¿Será posible? La verdad es que el pollo que cantaba no lo hacía nada mal, tan poco mal lo hacía que me engaño el muy …
Al principio me mosqueé conmigo mismo, pero luego lo que parecía un «cutre karaoke» de los típicos de España se convirtió en un verdadero espectáculo.

Esto no era un karaoke de Pimpinela o chica ye-ye.
Allí se habían juntado, y no premeditadamente, la rubia de bote que se contoneaba constantemente dándole igual que sonara Bob Dylan o Michael Jackson; el chaval bajito con rasgos orientales y repeinado a lo Elvis, el yupie que va de que me lo como todo, el rapero, el grunge, la típica chorba que no es capaz de coordinar brazos y piernas con la música que escucha pero que le importa tres pepinos, el negrito que … Jajaja este era la hostia. El cabrón bailaba y cantaba que daba gusto. En mi segunda cerveza me dijo que saliera yo a cantar, que por favor, que por favor, que era su cumpleaños.
Al final …, bueno, al final jamás sabréis si salí o no a dar espectáculo.

Ahora me viene a la mente algo que recordarán sobre todo mis hermanos. Aquel que decía aquello de … ¡Esto es Hollywood!
Pues sí, señores, ¡Esto es Hollywood!

See you!

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Raining again

Sí, it´s raining again

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Parece que todo se pone en contra. Y cuando esto ocurre no hay más remedio que buscar alternativas. La verdad, no es que vuelva a llover; es que lleva lloviendo sin parar, con más o menos intensidad, dos días. Menos mal que no me gusta planificar los viajes, sino … Prefiero esto a tener que cancelar algo planificado y llevarme una desilusión mayor. Sí, cierto es que a veces no hay más remedio, pero mientras se pueda evitar prefiero la improvisación. Viajar solo me permite hacer lo que quiera, cuando y como quiera.

Y aquí sigo. En el mismo hotel. En el mismo San Francisco. En un primer momento la idea era irme el martes, pero hay tanto y tan bueno que ver aquí que lo he alargado hasta mañana jueves, y quien sabe si quizá lo alargue un poco más. También es verdad que la lluvia tiene algo que ver en esto, sino mañana estaría saliendo con una Harley bajo mis piernas hacia LA.

Hoy, de nuevo gracias a la lluvia, he tenido un mal comienzo de día. No me gusta. ¿O sí? Si, no. Sí, no… ¡Ay, qué sinvivir!

He pasado la mañana pensando qué hacer. Como decía ayer, me habría gustado hacer otras cosas, entre ellas cruzar el Golden Gate y llegar a Sausalito en dos ruedas (sin motor). También había pensado en bajar de San Francisco a LA por la 1 recorriendo la costa. Pero mis ilusiones se han ahogado con la lluvia. No vengo preparado para tanta lluvia; esa es la verdad.

Tenía que buscar un plan alternativo. ¿MOMA? Aunque no soy, ni mucho menos, un fanático del arte, hoy habría sido un buen día para visitarlo. Pero mira por donde, los miércoles está cerrado.

Al final he hecho lo que no suelo hacer. Una excursión «programada» para guiris. ¡Madre mía! ¡Pero esto que es! Bueno, en verdad más que una excursión se trata de un bus que recoge a sus clientes en los hoteles y los lleva a diversos sitios que, supuestamente, no hay que perderse. Quería ir a Muir Woods y a Sausalito. Mira por donde, por 47 bucks te recogen y te dejan un rato en Muir Woods y otro ratillo en Sausalito. El día no estaba para andar en la calle pensando que hacer y tampoco para andar cogiendo buses hasta llegar allí, así que para allá vamos…

Si ayer tuve la oportunidad de estar en lo que podríamos decir una genialidad de la arquitectura, hoy he tenido la oportunidad de estar en una maravilla de la naturaleza. La visita ha sido corta; demasiado corta. Una hora y poco no da para mucho más, pero aún bajo la lluvia lo he disfrutado. Espero que os hagáis una idea de lo que es.

¿Preparados para Sausalito?
Lo cierto es que aquí ha habido menos tiempo aún, y la lluvia apretaba de lo lindo. Además la niebla ha impedido contemplar las impresionantes vistas, que según dicen, se pueden apreciar desde allí. Me lo imagino.
Aquí hay poco que decir, si una hora da para poco en Muir Woods, imaginaos poco más de 40 minutos en Sausalito. Tenía la oportunidad de quedarme y volverme en el ferry por 10 pavos, o en bus por 8, pero no me quedaban ganas con tanta lluvia, viento y tan pocas vistas.
Alguien me comentó, y creo que también había leido, que las hamburguesas de allí son típicas. Eran las 17.00, pero no podía dejar pasar la ocasión. Igualmente los ice cream. Así que uno de cada oiga.

¿La verdad? La hamburguesa no es para tanto. El helado sí estaba rico. Parece ser que los hacen en Richmond, así que no sé que gracia tiene que sean famosos los helados de Sausalito fabricados en Richmond.

El Scoma´s, donde cené la otra noche, pero en versión Sausalito

Otra perspectiva del Golden Gate empapado.

Al regreso he decidido quedarme por Lombart y Fisherman´s Wharf.
Subir andando hasta la calle Lombart por Hyde debería tener premio.

Y para acabar, de nuevo me he apretado un crab de casi una libra y media en uno de los puestecitos del Wharf. Nada mal estaba el bicho.


Por cierto, no os perdáis al figura que prepara los bichejos…

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Mañana veremos si escribo desde aquí o desde cualquier otro lugar.

See you!

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The Golden Gate

Día lluvioso el de ayer, así que lo que había medio pensado hacer el día anterior se fue al traste.
Mi mosqueo era mayúsculo. La maldita lluvia hará que deje de hacer algunas cosas que me habría gustado hacer.
El paraguas que compré duró una hora. ¡Y eso que era un Samsonite! La cosa empezaba «bien»… Vuelta a la tienda, una pequeña discusión y paraguas nuevo.
Tenía que mirar algunas cosas más, algún que otro encargo, así que aproveché. Total, la mañana estaba perdida, sino el día.
Una vuelta fugaz por Castro, ya que me quedaba de paso a Stonestown.

Stonestown, aparte de una parada de metro y un centro comercial, no tiene nada más, pero tenía que ir a arreglar un asuntillo.

Tampoco me venía mal la cosa puesto que desde allí, y para aprovechar lo que quedaba de lluviosa tarde, podía ir directamente al Golden Gate Bridge cogiendo el 28.

He de reconocer que este momento me alegró el día. Creo que incluso se me llegó a saltar alguna lagrimilla paseando bajo la lluvia sobre el Golden Gate. Es realmente grandioso. Bueno, ahora que lo pienso … ¿No sería alguna gota de lluvia? En cualquier caso, fue muy, pero que muy emocionante.

Más de dos horas le dediqué. Total, ¿qué más podía hacer? Mi cámara y yo terminamos empapados. Sin embargo, creo que mereció la pena.

De regreso, sobre las 20.00 h., decidí ir a cenar, aunque la verdad es que daban ganas de meterse en la cama, pero tras el subidón de la visita al Golden Gate no me apetecía terminar el día así. Aún no había ido al sitio que encontré en los primeros días,donde mientras cenas puedes escuchar jazz en directo.

[yframe url=’http://www.youtube.com/watch?v=n6MNlip_oOc&feature=youtu.be’]

El video no es muy bueno,  pero si afináis el oido quizá adivinéis a quien le dedica el tema.

Aún me pregunto como sabía de donde vengo y como me llamo. Esto de ser americano es lo que tiene. Son la hostia. No, la hostia no, la rehostia.

Hoy el día ha vuelto a amanecer lluvioso, pero más aún que ayer. ¿Qué haré? Teóricamente me iba a haber ido de aquí el martes, pero lo alargué hasta el jueves, es decir, que mañana debería salir de aquí. Me temo que me dejaré en el tintero muchas cosas de las que disfrutar: Sausalito, Tiburón, ver el Golden Gate con sol, … Y otras cosas que no contaré por si finalmente puedo hacerlas.

Odio la lluvia. No, me encanta la lluvia, pero sólo si estoy sobre el Golden Gate Bridge.

See you!

 

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