Here comes the sun

[yframe url=’http://youtu.be/nnF-AvRv5Yo’][yframe url=’http://www.youtube.com/watch?v=PWqgy2RiKXs’]

Eso es lo que yo esperaba. Que allí, ahora aquí, encontraría el sol. Y por un momento parecía que así sería. Atrás dejábamos las nubes «feas».

Hollywood me ha proporcionado lo que ha sido el mejor rato, perdón, el rato más divertido, de todos los días que llevo en USA; y no precisamente por el sol.
Pero empecemos por el principio…

La última noche en San Francisco me acosté tarde. Estaba bastante decepcionado por la mala pasada que me ha jugado el tiempo. Madrugué al día siguiente para tener todo preparado por si me iba. A las 9 de la mañana aún no sabía que hacer, aunque tenía prácticamente decidido bajar a LA. ¿Cómo? Después de descartar la posibilidad de rodar por la Highway 1 en una Harley, recordé que alguien me había comentado que la compañía California Shuttle Bus hacía el trayecto SF-LA y LA-SF prácticamente a diario.
Pasadas las 9.00 h. me pongo en contacto con ellos y sí, a las 11.45 h. he de estar en el Hilton, al lado de mi hotel. Conversación curiosa la que tuve con el caballero que me decía que por teléfono no hacían reservas, pero que no había problema que me presentara allí sin más y listo. Mi desconfianza hizo que me llegara a decir que si no confiaba en él que reservara por la web; casi ofendido me preguntaba que más podía hacer por mí. De qué forma tan diferente funcionan las cosas aquí. A mi modo de ver, no sé si mejor, pero sí más fácil. Si tienes reserva enseñas el justificante y si no la tienes pagas en cash y andando. Pero no cuando subes, sino en la estación de autobuses donde opera la compañía, donde otro caballero, más amable que el conductor si cabe, explica que haremos una parada a mitad de camino, que hemos de subirnos en el mismo autobús (habrá dos) y que no nos extrañemos si no reconocemos al conductor, ya que será otro quien haga la parte final del trayecto.

Es curioso como tienen montado esto de los autoubuses entre SF y LA y entre LA y SF. Llegan a tal nivel de sincronismo que justo a mitad de camino, y en un margen de media hora que dan para comer algo, coinciden los dos autobuses y se intercambian los conductores. Con lo cual el que había salido de San Francisco regresa a SF y el que había salido de Los Angeles regresa a LA.

Y me comí el primer whoper en USA.

Aquí es algo diferente. Lo primero es que no se llama «guoperrr», se llama «guopaa». Pides la hamburguesa y la bebida como en cualquier otro sitio, pero la Coke te la sirves tu. Y se fían. Pides tamaño pequeño, mediano o grade y lo llenas tu; y nadie se atreve a rellenar su vaso. Tampoco hay bandejas, al menos en este Burguer King, sino que te lo dan en una bolsa.
La verdad, yo no suelo ir mucho a estos sitios, así que no sé si estoy diciendo una tontería.
Respecto a la hamburguesa, nada que señalar. Más de lo mismo.

Esto me hace recordar, por ejemplo, que en los buses o cable car de SF no solicitas un billete, echas los 2$ en una caja y el conductor te da el billete. No hay posibilidad de cambio alguno. Imagino que es cómodo, rápido y seguro, ya que no llevan dinero encima.

Pero volvamos al shuttle. Por el mismo precio que me costó la visita a Sausalito y Muir Woods, ayer nme planté en Los Ángeles en poco menos de 8 horas. Aún se me me retuercen las entrañas al pensar que no he podido bajar a LA como yo hubiera querido, aunque me quedaba la esperanza de, al menos, encontrarme con un día agradable y alquilar la Harley por un día, ir a Santa Mónica, recorrer parte de la 1, pasar por Malibú, bla bla bla…

Lo cierto es que en San Francisco seguía lloviendo y hasta la mitad del camino siguió haciéndolo. Durante el resto del trayecto aparecía el sol entre algunas nubes de algodón, lo que hacía presagiar buen tiempo.

Y llegué a Hollywood. Había reservado una habitación en un hostel al lado del Kodak Theater, el Orange Drive. No es que quisiera estar allí al lado, es que fue el que encontré libre y más barato, 68 $ la noche.


Al parecer es una casa de los años 20 por donde han pasado algunos actores famosos: Marilyn Monroe, Gary Cooper, Johnny Weismuller, … La verdad es que me importa bastante poco quien haya pasado por aquí, pero no me importaría «encontrarme» con Marilyn en un momento dado.

El bus me debío dejar a unos 800-900 m. del hotel. Sólo girar una calle y ya estaba en Hollywood Blvd.

En Hollywood, como ya debéis imaginar, no he encontrado el sol, pero sí algunas estrellas…

Esta dedicada especialmente a SunShine

Tras hacer el check in en el hostel salí a dar una vuelta. Mucho ambiente.
Al venir hacia el hotel escuche música en directo al pasar por un garito llamado «Maui and sons», así que para allá que fui.
Impresionante el grupo cañero que estaba tocando. La cantante tenía un chorro de voz digno de «Operación Triunfo». Juasss!
En serio, lástima que los pillé en los últimos dos temas. Aunque el video no hace justicia, os servirá para que os hagáis una idea…

[yframe url=’http://www.youtube.com/watch?v=nnF-AvRv5Yo&feature=youtu.be’]

De allí me fui al «Pig´n´Whistle», al parecer también un garito de leyenda en Hollywood y uno de los más antiguos.
Aquí me engañaron…
Según pasaba por la puerta oigo cantar en directo, digo vaya, hoy es mi noche de «live music». Cuando entro sólo veo a un menda con un micrófono y me pregunto, ¿dónde está el grupo? ¡Era un karaoke! ¿Será posible? La verdad es que el pollo que cantaba no lo hacía nada mal, tan poco mal lo hacía que me engaño el muy …
Al principio me mosqueé conmigo mismo, pero luego lo que parecía un «cutre karaoke» de los típicos de España se convirtió en un verdadero espectáculo.

Esto no era un karaoke de Pimpinela o chica ye-ye.
Allí se habían juntado, y no premeditadamente, la rubia de bote que se contoneaba constantemente dándole igual que sonara Bob Dylan o Michael Jackson; el chaval bajito con rasgos orientales y repeinado a lo Elvis, el yupie que va de que me lo como todo, el rapero, el grunge, la típica chorba que no es capaz de coordinar brazos y piernas con la música que escucha pero que le importa tres pepinos, el negrito que … Jajaja este era la hostia. El cabrón bailaba y cantaba que daba gusto. En mi segunda cerveza me dijo que saliera yo a cantar, que por favor, que por favor, que era su cumpleaños.
Al final …, bueno, al final jamás sabréis si salí o no a dar espectáculo.

Ahora me viene a la mente algo que recordarán sobre todo mis hermanos. Aquel que decía aquello de … ¡Esto es Hollywood!
Pues sí, señores, ¡Esto es Hollywood!

See you!

Esta entrada fue publicada en Entradas Diario USA 2012. Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a Here comes the sun

  1. Gracias por la estrellita de Tom!
    Vaya, es como estar un constante «dejavu».
    Yo creo que si que te animaste con el karaoke, jajaja, a que si? Venga, confiesa, que no es la primera vez que pillas un micro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *