Bem-vindos

Así me han recibido…

… Pero empecemos por el principio.

Tras el delicioso cruasan partimos hacia la carretera de Extremadura. SunShine me acompañará unos Kms. hasta Navalmoral. Y allí, tras la oportuna despedida, separamos nuestros caminos.

Un buen chorro de kilómetros de autovía tenía por delante. Hay veces que no queda más remedio. ¡Si no no me hubiera hecho el remolón esta mañana!

Hasta llegar a Fregenal de la Sierra no vería una curva…
Y un poquito más allá dejamos Badajoz…

… Para entrar en Huelva

La intención era llegar a Jabugo. Hacía horas que no dejaba de pensar en ese jamoncito. Así que he preferido no parar a comer para «apretarme» ese bocata a deshoras.

Pero la felicidad había llegado un rato antes. Abandonar la aburrida autovía para adentrarnos en la Sierra de Aracena ha sido un verdadero placer. Y no solo por el jamón.

Unos 24 Kms. de felicidad hasta Jabugo. Y otros tantos de postre tras el bocata.
Curvas y curvas y más curvas.
¡Adiós aburrida autovía!

…

Y pronto los campos de encínas se convirtieron en campos de girasoles…

Y poco a poco nos íbamos acercando a Portugal.
Iba a tirar directamente a Lagos. Me habían hablado de un buen camping (gracias Pedro). Pero al final he pensado que seria un pecado no pasar por Faro y ver el ambiente…

Además tenía curiosidad ya que había estado hará al menos 15 años con aquella máquina llamada CBR.

Enseguida me he arrepentido. Muchas motos, mucha policÍa, mucho jaleo…

Este semáforo me ha tenido parado más de 15 mimutos.

Y encima la GNR me ha echado una buena bronca. O eso creo porque no les entendía muy bien. Es curioso, idiomas tan parecidos y países tan cercanos y lo que cuesta entenderse a veces.

Así que media vuelta. No se nos había perdido nada en Faro. Al menos en esta ocasión.

Y llegamos al camping. Eran mas de las 20:30 h. He estado a punto de continuar hasta Sagres, donde creo que hay otro camping. Pero tras casi 900 Kms. Ya no me quería arriesgar. Tras más de 10 horas sobre la moto sólo quería plantar la tienda, ducharme y cenar.

Y aquí estoy. Duchado y cenado y cumpliendo mi compromiso de contar esta vueltita que daremos por Portugal.

Por cierto, creo que en lo que resta de semana no probaré la carne…

En el camping hay un rodizio; y aparte de ponerme bien, he pasado un buen rato. Además de cena amenizada con orquesta para guiris (incluídos españoles, que aquí son mayoría) tenía que indicarle al camarero (con un taco de madera con los colores rojo, amarillo y verde) si quería más carne o quería hacer una pausa.
Al final creo que se ha mosqueado un poquito con el vacile de ahora rojo, ahora verde, ahora …

Zzzzzz. Hasta mañana.